La mente es como ese mono que salta incansablemente de rama en rama. Pasa de un pensamiento al otro en cuestión de segundos. Los pensamientos van cambiando y nos van generando un ruido adentro nuestro que muchas veces no nos deja descansar.
Imaginate que estás en un bote en medio del océano y hay olas de cincuenta metros de alto.
Los pensamientos son esas olas y pueden ser ruidosas y potentes. Pero debajo del mar hay calma y hay tranquilidad.
Cuando meditamos, los pensamientos van bajando hasta llegar a la calma debajo del mar y ahí descansan.