¡Adaptá la
práctica a
tu vida!

¡Buscá tu manera!

Lo importante es que puedas parar y puedas reconectarte con vos mismo y con el momento presente. Para eso, podés adaptar la práctica del mindfulness a tu vida, de la manera que te quede más cómodo. Hay muchas maneras de practicar en la vida diaria. 

Están las prácticas formales: meditar sentado, acostado, parado o caminando.

Están las informales que pueden ser: cocinar, limpiar, barrer, tocar un instrumento, hacer jardinería, escribir, entre otras. 

Probá la que mejor le quede a tu vida y hacé de esto una práctica diaria de Mindfulness.

Cuando hago una pausa,
hay alegría, hay paz.