Muchas veces estar en un ambiente natural nos trae calma, nos relaja, nos da una sensación de paz.
Aunque nos gustaría, a veces no podemos irnos a la montaña o a la playa o a un parque. Entonces lo que podemos hacer es sacarnos los zapatos y pisar el suelo descalzos.
Si caminamos descalzos o tocamos la tierra, podemos darnos cuenta de que conectarnos con la tierra nos trae bienestar.