Siempre
podés
empezar
de nuevo

Esa es la práctica.

En la meditación el progreso no es por niveles. La práctica te ayuda a recordar que podés estar más presente para los que querés y para vos mismo. También de que podés agregar más momentos de alegría a tu día y eso hace la diferencia.

Muchas veces durante el día nos perdemos en reacciones, en opiniones, en afirmar una y otra vez las cosas en las que creemos. Pero también nos desconectamos de lo que nos pasa a nosotros mismos y a nuestro alrededor.

En el momento en que reconocemos perdimos la atención, podemos volver.

¿Volver a dónde?

A nosotros mismos.

Esa la esencia de la práctica.

Siempre podemos empezar de nuevo.

Cuando hago una pausa,
hay alegría, hay paz.