Practicar, practicar y practicar

Todo esto no se logra en un día.
Parece simple pero no lo es.

La clave del mindfulness es practicar todos los días.

¿Por qué?

Así como el cuerpo necesita entrenar (ir al gimnasio, salir a correr, andar en bici o bailar), la mente necesita meditar.

Meditar es pausar.

A medida que pasen los días, vas ir dándote cuenta que la práctica se convierte en un nuevo hábito. Vas a empezar a notar pequeños cambios desde la primera meditación.

¡Vencer la resistencia es todo un desafío!

Es importante que encuentres momentos del día para tomar una pausa. Sólo meditando a diario vas a darte cuenta de las cosas que podés lograr.

¡Cuando uno medita, parece que no está haciendo nada! ¿Cómo puede pasar algo estando sentado y en silencio?

Cuando practicamos la meditación, se abre un espacio dentro nuestro y eso es lo que permite que entren nuevas ideas, pensamientos y que se renueve el aire para seguir adelante.

Practicar, practicar y practicar.

Esa es la clave del resultado.

Cuando hago una pausa,
hay alegría, hay paz.